Laura Castillo García
Mentiras, verdades a medias y calumnias descaradas conforman la cortina de humo que el diputado federal Silvestre López Cornejo construye a fin de ocular su ambición por apoderarse de los terrenos municipales destinados a construir una universidad, una ciudad deportiva y un parque tecnológico industrial que estaba proyectado para brindar 40 mil empleos a los habitantes del municipio de Chimalhuacán, Estado de México, y de las demarcaciones aledañas.
Los obstáculos que durante más de 10 años opusieron los gobiernos superiores, impidieron hacer realidad el sueño de que los habitantes del oriente mexiquense tuvieran empleos cercanos a sus hogares, los cuales coadyuvarían a cerrar el tejido social, tan deteriorado en esta zona, y así llegar a tener una sociedad más humana y con valores.
Con la llegada del partido Morena a la presidencia municipal de Chimalhuacán -la cual ocuparán a partir del 1 de enero de 2022-, los falsos luchadores sociales afilan las uñas para apoderarse, a como dé lugar, de terrenos municipales que pertenecen a todos los habitantes de Chimalhuacán. Pero, para que la gente no diga que se los robó, ahora el diputado federal López Cornejo dedica gran parte de su tiempo a inventar cuentos en contra de Antorcha y sus líderes; mentiras que son ampliamente difundidas por Manuel López, un “reportero” del medio digital, La silla rota… por lo que se ve, ambos tienen la misma estatura ética que el mencionado diputado.
Luego de que el mencionado reportero publicara once claras mentiras dichas por López Cornejo, que reprodujo sin mínima investigación -lo que habla de su poco profesionalismo-, Silvestre López Cornejo revela que “quiere que los terrenos municipales sean integrados a un proyecto nacional de un parque nacional”, pero, ¿qué creen? Realmente los quiere para enriquecerse individualmente pues dice que para terminar el conflicto quieren (los autollamados comuneros) “que la federación los incorpore como socios al Parque Ecológico del Lago de Texcoco (…)” porque cuentan con contratos de compra – venta que datan de los años 1919 a 1931…” ¿De veras?
A López Cornejo se le queman las habas por quedarse con terrenos municipales que antes fueron de la nación, toda vez que no son, y nunca han sido, propiedad privada. Esos terrenos, antes de que fueran municipales eran propiedad de la nación tal y como lo muestran documentos oficiales que mediante decretos federales obran en los archivos de la Dirección General de la Administración del Patrimonio Inmobiliario Federal, del Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales, dependencia del Gobierno Federal y fueron publicados en el Diario Oficial de la Federacióln (DOF) en las siguientes fechas: 6 de junio de 1931, 21 de junio de 1971, 7 de febrero de 1975, 8 de noviembre de 1982, 29 de diciembre de 1983, 4 de junio de 2001 y 12 de noviembre de 2014. Los cuales demuestran que la propiedad de los terrenos conocidos como Los Tlateles o El Moño -sí, los que López Cornejo quiere robarse con gestiones ilícitas- fueron propiedad de la nación y del gobierno del Estado de México, aunque, finalmente, el 25 de noviembre de 2015, el gobierno mexiquense los regresó a la Federación mediante la figura de donación.
El 26 de septiembre de 2016, la federación donó 200 hectáreas a la empresa paramunicipal Desarrollos de Infraestructura Sustentable Nuevo Chimalhuacán S.A. de C.V. (de capital municipal y privado) la cual permite la `enajenación a título oneroso´ de hasta el 40% de esas hectáreas “para obtener fondos a efecto de aplicarlos en acciones de beneficio colectivo´” como educación, deporte y empleos.
Desde el momento de la donación, la Federación determinó que esos terrenos se distribuyeran de la siguiente manera: 20 ha para la Universidad Politécnica de Chimalhuacán, 30 ha para la construcción de un Centro Deportivo y Recreativo y 150 ha para un proyecto de generación de 40 mil empleos, rescate ambiental, desarrollo social, urbano y económico. Dicho proyecto no contempla el uso habitacional, como ambiciosa y mañosamente asegura López Cornejo.
En reiteradas ocasiones hemos desmentido públicamente que el gobierno federal haya entregado 200 hectáreas de Chimalhuacán a la organización Antorcha Campesina, pero no hay más sordo que el que no quiere oír y eso, como se dice coloquialmente, es falso de toda falsedad, pues, como quedó asentado líneas arriba, se le entregaron a una empresa paramunicipal creada para realizar la actividad estratégica de creación de empleos. Ahora, el tramposo de López Cornejo dice que quieren regresar a esos terrenos ¡la “vocación ecológica”! ¡Quiero ver cómo lo va a lograr si esos terrenos son completamente salitrosos y, por lo mismo, ahí no crecen ni nopales!
Para llegar a cumplir los nobles objetivos para la que se formó, la empresa paramunicipal requiere capital privado, al igual que lo han requerido todas los grandes proyectos que han levantado los gobiernos federal o estatales y que podemos conocer en la historia moderna de México, pues, para levantar esos grandes proyectos, los gobiernos siempre han requerido del apoyo de empresarios privados dispuestos a arriesgar sus capitales para ayudar a nobles causas, incluso sin que sepan de cierto si perderán o multiplicarán su dinero. ¿Acaso no es ese el papel que juega Carlos Slim en la Ciudad de México, incluida la Línea 12 del Metro?
López Cornejo inventa cuentos para desprestigiar a quienes proponen cosas que resolverían problemas de fondo y utiliza a medios sin ética periodística, como La silla rota, que publica refritos de otros ataques y calumnias en contra de los antorchistas.
El diputado federal morenista se afila las uñas para adueñarse de terrenos que pertenecen a los habitantes de Chimalhuacán, quienes los deben defender porque son de ellos y no de López Cornejo. Chimalhuacanos: hay que mantenerse alertas para no permitir que Morena arrase con todo lo bueno que tiene este municipio y, sobre todo, para evitar que hinchen sus bolsillos con dinero público que recibirán de impuestos.