Toluca, Méx.- 16 de mayo 2019. Desde junio de 2014 la ciudad de Toluca no registra buena calidad del aire, afirmó la directora general de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Toluca, Ana Margarita Romo Ortega, en la Universidad Autónoma del Estado de México.
Al dictar la conferencia “Los retos ambientales del municipio de Toluca”, subrayó que la contaminación atmosférica es el problema ambiental más grave de la capital mexiquense y esta situación “vulnera el derecho humano a un medio ambiente sano”.
Durante su participación en el Primer Coloquio Estatal de Biodiversidad, Políticas y Servicios Ambientales Urbanos que realizó la Facultad de Planeación Urbana y Regional de la UAEM, expresó que en 2017 se registraron 232 días con mala calidad del aire, mientras que en 2018 se tuvo el registro de 212.
Apuntó que las partículas suspendidas, las que generan mala calidad del aire, son dañinas para la salud humana, ya que flotan en la atmósfera, se introducen en nuestro cuerpo y adhieren a algunos órganos. “Reducen la función pulmonar y tienen una relación directa con enfermedades cardiovasculares y la diabetes”.
Esta situación, aseveró Romo Ortega, se refleja en el gasto en salud pública. De 2014 a la fecha, detalló, aumentó 200 por ciento el presupuesto para combatir enfermedades respiratorias como asma, alergias y neumonía, entre otras.
Indicó que 53 por ciento de los contaminantes del aire proviene del transporte particular, público y de carga; 34 por ciento es resultado de la actividad de comercios como baños públicos, hoteles, restaurantes, panaderías y tintorerías, entre otros, mientras que los procesos industriales tienen un registro de 4 por ciento y las fuentes naturales como el proceso de erosión registran un 9 por ciento.
En este contexto, puntualizó que la solución está en optimizar el servicio que presta el transporte público, actualizar su flota, así como mejorar el transporte de carga y poner énfasis en la verificación vehicular.
De igual manera, Ana Margarita Romo Ortega consideró necesario generar zonas de baja emisión en las regiones con mayor registro de contaminantes de la capital mexiquense, es decir, el centro histórico, la terminal de autobuses y Ciudad Universitaria.