Propone que el nombre de Alfredo Zárate Albarrán, exgobernador, se inscriba con letras doradas en el Salón de Plenos del Congreso local
Su trayectoria política lo colocan como un demócrata que siempre lucho por cusas sociales
Toluca, México, 22 de febrero de 2024.- Max Agustín Correa Hernández, diputado de Morena e integrante de la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales, propuso inscribir con letras doradas en el Salón de Sesiones “José María Morelos y Pavón” del Recinto del Poder Legislativo del Estado de México, el nombre del ilustre exgobernador Alfredo Zárate Albarrán.
Durante el desarrollo de la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales de la LXI Legislatura estatal, Max Correa realizó un recuento de su trayectoria y consideró que, por su comportamiento político, convicción democrática y defensa permanente de trabajadores y campesinos, debe brindársele un reconocimiento en la época actual.
Durante la exposición de motivos para sustentar su propuesta, Max Correa, detalló la trayectoria del exgobernador mexiquense Alfredo Zarate Albarrán, y aseguró que fue un actor político que aportó a la democracia moderna de nuestro país elementos prácticos de justicia social.
Sostuvo que los orígenes de la mentira, impunidad y corrupción como forma de gobierno en el Estado de México se remontan a 1942, precisamente con el asesinato del entonces Gobernador Alfredo Zárate Albarrán y la imposición de Fabela Alfaro como su sustituto; proceso que se registró mediante sobornos a Presidentes Municipales y Diputados locales.
Esos fueron los orígenes de la conformación de un grupo político que trabajaría desde entonces para encubrirse y sostenerse en el gobierno estatal, refirió Max Correa con base en crónicas legislativas de la época y reportes periodísticos que dieron cuenta de dichos acontecimientos políticos que cimbraron a la sociedad de esa década.
El diputado de la “Cuarta Transformación” afirmó como se registró ese magnicidio que cambio el rumbo y la forma de hacer política en el Estado de México.
El 5 de marzo de 1942, en la comida convocada por el Tribunal Superior de Justicia del Estado de México para festejar a los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, realizada en el Centro Charro de Toluca, ubicada en la calle de Morelos, hoy sede de las oficinas de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, el gobernador Mexiquense Zarate Albarrán fue agredido con ocho impactos de bala de tres diferentes calibres, recordó Max Correa.
Y añadió que el delito fue cometido por el entonces Diputado y Presidente de la XXXV Legislatura Local, Fernando Ortiz Rubio quien además era Jefe de Tránsito de Toluca. El entonces gobernador murió tres días después.
Ese crimen de Estado, siguió narrando a las y los diputados de la comisión, cambió la historia del Estado de México, y constituyó el inicio de las formas corruptas de hacer política en nuestra entidad en las que los apotegmas del mal gobierno han sido, enfatizó: “La moral es un árbol de moras”, “un político pobre, es un pobre político”, “haiga sido como haiga sido”, “hagan lo que saben hacer, para bien o para mal, queremos constancia de mayoría no de buena conducta”.
La simulación, impunidad, así como el peso y acuerdo de los grupos de poder para con el crimen cometido contra Zárate Albarrán se hizo ver en este acto, pues el asesino Ortiz Rubio fue detenido ese mismo día en la carretera a la ciudad de México, y fue desaforado al siguiente día, 6 de marzo de 1942; pero el 1 de noviembre de 1944, el asesino obtuvo su libertad porque los Ministros que habían asistido al banquete le otorgaron un amparo federal, narró Correa Hernández.
“Pero no sólo la impunidad en el magnicidio tuvo lugar, también lo tuvo la antidemocracia, la imposición y el abuso de poder. Dado el fallecimiento del exgobernador Zarate Albarrán, de acuerdo con la Constitución del Estado Libre y Soberano de México el nuevo gobernador interino debería de ser electo de entre los integrantes de la Cámara de Diputados Locales, ser ciudadano del Estado de México y tener vecindad de al menos cinco años”.
Pese a lo anterior, añadió Max Correa, el Presidente de la República Manuel Ávila Camacho decidió que la vacante la cubriera el exdiplomático carrancista Isidro Fabela Alfaro; y por lo tanto contó con el visto bueno de los grupos de poder para ser impuesto como gobernador interino, a pesar de no cumplir con ninguno de los requisitos constitucionales para poder serlo; pues incluso el exdiplomático vivía en Cuernavaca. Lo que a todas luces violentaba la Constitución de nuestro estado, recordó.
Dar crédito y honor al exgobernador Alfredo Zarate Albarrán es dar una nueva oportunidad para retomar el camino del diálogo, la democracia, el federalismo de libertad y soberanía a nuestro estado de México, y el destierro de las formas corruptas de hacer política en nuestro estado de México, concluyó.
Zárate Albarrán nació el 5 de septiembre del año 1900 en el municipio de Temascaltepec, y se forjó en las trincheras zapatistas y militante del Partido Socialista de los Trabajadores del Estado de México (PSTEM).
“En los años veinte y treinta, Alfredo Zárate Albarrán motivado por la ideología zapatista, que predominaba en el Estado de México por su cercanía con el estado de Morelos, participó en la lucha por la reforma agraria, el reparto de tierras y creación de ejidos en el suroeste del estado de México”, dijo el legislador de la 4T.
Es de destacar que la propuesta y argumentación de la misma realizada por Max Correa de Morena, no tuvo ningún tipo de comentario de Enrique Edgardo Jacob Rocha, presidente de la comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales del PRI.